Desde que el hombre aprendió a manipular el fuego, las noches dejaron de
ser oscuras y la luz, que las llamas le proveían, iluminó desde cuevas
hasta los edificios más importantes del siglo XIX. Cuando Edison presentó en 1879 su lámpara de luz incandescente,
el alumbrado eléctrico se convirtió en la manera en que iluminamos
nuestra vida hasta estos años. Con fecha de extinción decretada en
muchos países del mundo, las lámparas incandescentes están cediendo su reinado a uno de los fracasos más grandes e increíbles de esta industria: la lámpara de bajo consumo. Condenada a morir al poco tiempo de su salida masiva al mercado, a manos de la iluminación LED,
la lámpara de bajo consumo nunca terminó de conformar al público y en
la actualidad está perdiendo el poco terreno ganado frente a las
novedosas lámparas LED. ¿Porqué su éxito fue tan efímero? ¿El LED podrá ocupar el lugar que dejan las incandescentes? ¿Tú que opinas?
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